Abogada de talento, Valérie actúa aún, a sus 50 años, como una adolescente rebelde. Le encanta defender a notorios rufianes, para descontento de su hija Delphine. Dolida por sus reproches, Valérie intenta ganarse la aprobación de su hija defendiendo a un buen padre de familia, acusado, sin pruebas, de haber acabado con la vida del traficante de drogas culpable de la sobredosis de su hija. Paul es acusado, sin pruebas, de matar a un traficante de drogas que fue responsable de la muerte de su hija adolescente. Es un caso perfecto para ayudar a Valérie a recuperar el respeto de la prensa y la confianza del público y de su hija. Se implica con entusiasmo, segura de que podrá absolver a su cliente, pero un misterioso secuestrador le arrebata a su hija.